A los que se preguntan...

En esta página cuento un poco cómo nacieron los cuentos, no se trata de explicarlos sino de dar alguna pauta sobre la situación particular o sentimientos que movieron a escribir


  • Creativa : pretende trazar una cosmogonía, por lo que lógicamente abre la serie de cuentos. Recibió el 2do. premio de la SADE (filial Bahía Blanca) y fue publicado y dado a conocer en varias ocasiones.





  • Señas: es un intento aggiornado y personalizado por sustituir aquel viejo cuento de 'la disputa por señas', tantas veces citado pero  poco creíble en estos tiempos de traducción simultánea y automática, que contrapone la ambigüedad de las señas a la precisión que se puede lograr con el lenguaje verbal. Un buen ejercicio sería reformular el tema, en forma adecuada a personajes y circunstancias.  



  • Brujerías (falta editar) 





  • Tanguera : cuando las frases de los tangos nos cuentan lo que nos está pasando





  • Carta de Daici Gonzálvez :
    En el Carnaval 1991, Página/12 publicó una nota de contratapa sobre la famosa  danzante de una escola do zamba en Río de Janeiro, que me pareció una interpretación demasiado personal del periodista, y entonces imaginé la respuesta de ella. 



  • Penélope : una nueva interpretación del personaje femenino que quedó como símbolo de la fidelidad y de la constancia, la paciencia, en la espera.




  • Ortiva:  muchos de mis lectores pensarán que se escribe con 'b' y que pertenece a la jerga lunfarda rioplatense pero no: aunque no lo parezca, es una palabra "correcta", si entendemos por tal que figure en el Diccionario de la RAE, lo que la legitima como perteneciente al patrimonio general de la lengua. Caprichos de las normas, no creo que nadie o muy pocos la usen así, salvo en casos como éste y no precisamente por esas razones sino porque sirve a mis propósitos en el cuento.




  • yo pecador : a partir de una de las tantas noticias que tristemente se repiten en nuestro país y en muchos otros: secuestro de menores (en este caso una niña), desaparición y trata de personas, intento ver qué pasa, qué piensa y siente cada uno de los actores en esta cadena perversa, incluso la opinión paralizante de la iglesia oficial, que al mismo tiempo que se publicaban las noticias policiales lanzó un atemorizante 'todos somos pecadores, todos somos culpables' cuyo único efecto es, justamente, ocultar a los verdaderos culpables.  




  • CUENTOS TRADICIONALES ILUSTRADOS  (falta editar  ¡me falló el ilustrador!
  • Manzanas y peras: un alma amiga me alcanzó, hace poco, mucho después de que yo escribiera el cuento,  el dato que transcribo a continuación, que me pareció muy interesante y que me lleva a reafirmar mis raíces inmigrantes y al mismo tiempo decir: 'de cómo sin saberlo vengo a coincidir con Discépolo':                       Explicación de la metáfora del tango"Cambalache" que dice: "…y herida por un sable sin remache, ves llorar la Biblia junto a un calefón…"
    "Sable sin remache" se le llamaba a un gancho donde se colgaba el papel higiénico al lado del inodoro. 
    La Biblia y el Calefón; se habla de ello y la mayoría no sabe de que se trata:
    He aquí la historia de la vida cotidiana, que acontecía en la ciudad de Buenos Aires, no sé si en otros lugares pasaba o no, y que explica el por qué de la aparentemente surrealista asociación de la Biblia junto al calefón que aparece en el tango "Cambalache", cuyas letra y música fueron compuestas por Enrique Santos Discépolo en 1935.
    La historia tiene relación con los servicios higiénicos, baños, la higiene personal y la forma de realizarla; y como no se me escapa que algunos lectores pueden ser muy jóvenes y puedan no haber conocido otro tipo de baños que los que se estila usar en la actualidad al menos en el mundo occidental y cristiano, voy a recordar primero un par de datos que considero necesario sean tenidos en cuenta.
    Hasta finales del XIX se utilizaban bacinillas, también llamadas "tazas de noche" ó escupideras, cuyos contenidos eran arrojados por las ventanas al grito de "agua va", y antes aun, letrinas que solían estar en los fondos de las casas.
    En Buenos Aires, coexistieron bacinillas y letrinas hasta principios del siglo XX, época en que las familias "pudientes" comenzaron a instalar baños.
    Luego el uso de baños se generalizó y se empezó a construirlos en todas la viviendas, aun en las más modestas.
    El sencillo "mini-ambiente" constaba al menos del retrete y lavabo y, créase o no, si los lujuriosos propietarios de casa gustaban de practicar la morisca costumbre de lavarse todo el cuerpo, más o menos seguido, y si además tenían medios económicos suficientes como para costearse esecapricho, los baños también tenían una ducha.
    Claro, si había una ducha era necesario calentar el agua, así al lado de la ducha se instalaba un "Calefón".
    Sin embargo, el papel higiénico tardó en obtener su carta de ciudadanía para poder trabajar en limpio en estas sucias tierras y aun cuando apareció era caro y no estaba al alcance de todas las familias, las cuales se veían obligadas a utilizar para esos fines sanitarios el vulgar papel de diario o, en su defecto cualquier otro.
    Por supuesto, eran muy estimados los papeles más sedosos, así que los sufridos usuarios trataban de conseguir en las verdulerías y fruterías los papeles con los que venían envueltas las manzanas y otros productos del campo, algunos de estos soltaban tinta.... je.! je.! je.!........
    Otro muy apreciado era llamado el "papel Biblia", por ser este especialmente delgado y suave.
    Ahora bien, ya por entonces existía la Sociedad Bíblica , una de cuyas misiones es la de difundir la Biblia “protestante”, para lo cual regalaba ejemplares del sagrado libro, en la actualidad lo sigue haciendo.
    Pues muchos de los habitantes de Buenos Aires deben de haber parecido devotos creyentes, ya que aceptaban de continuo esas "gentilezas", y que siendo mayoría la grey católica, lo mismo pasaban y retiraban la Biblia “protestante” tantas veces como sabían que la Sociedad las tenía en obsequio en las calles, plazas o en su sede central.
    Sin embargo, cuentan los hombres dignos de fe (aunque Alá sabe más) que quienes obtenían esas Biblias, les perforaban una tapa y las colgaban en un gancho de alambre (el llamado "sable sin remache"), al lado del retrete y al lado del calefón, e iban arrancando las suaves hojas para usarlas como papel higiénico.
    En este hecho se habría inspirado Enrique Santos Discepolo para decir con elegancia propia de un grande: 
    Igual que en la vidriera irrespetuosa de los Cambalaches se ha mezclao la vida,
    Y HERIDA POR UN SABLE SIN REMACHE, VES LLORAR LA BIBLIA JUNTO A UN CALEFÓN.”